Todo pasa, cada vez más, por el filtro del capitalismo. Cada eco del pasado, del presente y, si fuera posible (por suerte, dado que todavía no existe, no puede apropiarse de él), del futuro. Sin embargo, si todo sigue marchando rumbo hacia la misma dirección, el por ahora futuro también seguirá el mismo camino que el presente de hoy. Un camino que parecía empezar a cambiar pero que, con el actual e interminable vacío de gobierno y su dudoso (además de fallido) pacto durante la investidura, mancha de desconfianza la esperanza depositada en estas elecciones. Y es que como tan acertadamente dijo Francesc Homs durante el segundo debate de la investidura, "hoy España tendría un Gobierno si no fuera por la agenda de Cataluña". Muy triste, pero todavía más injusto, en cuanto a la libertad de elegir del pueblo, un pueblo que es terrícola, europeo, español… pero, afinando territorialmente, catalán, valenciano, vasco, madrileño, andaluz… y que merece, como tal, tener la autoridad de redirigir su identidad (por supuesto, si así lo considera en su mayoría). Parece que la democracia del divorcio en el plano sentimental no tiene cabida en asuntos políticos; que es más importante mantener la unión estatal que poner en marcha una verdadera unión de izquierdas.
Pero no quisiera centrarme más allá de este primer párrafo en la investidura del otro día, puesto que han pasado ya algunos días desde su fin y, teniendo en cuenta que antes siquiera que se realizara ya se intuía el resultado, no es necesario verter más palabras en el asunto. Como decía, todo pasa cada vez más por el filtro del capitalismo. Hay innumerables ejemplos de ello, pero me gustaría centrarme en un anuncio publicitario creado para celebrar el 75 aniversario de El Corte Inglés: escenas de recuerdos que aluden a una gran parte de nuestra sociedad; vivencias comunes que pasan por la adquisición de ciertas novedades del mercado. Esta “cadena” de recuerdos, a modo de memoria colectiva, se centra en las pertenencias que permitieron vivencias concretas: al llevar un traje de chaqueta, al escuchar relajadamente música de un walkman… Haciendo énfasis en las pertenencias como fundamento de las experiencias, de los recuerdos. Sin embargo, esto no es algo que sorprenda; es muy común subir fotografías a las redes sociales del coche nuevo, el móvil, la cámara… acompañado de palabras como “¡cúanto te quiero, muchas gracias!” en lugar de subir una fotografía de ese alguien que lo ha regalado, junto a quien lo ha recibido. ¿Los objetos pesan más que las personas que los usan? ¿Es más importante “el regalo en sí” que “el regalo de”? Puede que ahí esté el espíritu del capitalismo. Esta escala de valores se recalca todavía más en el anuncio al usar la canción de Elton John Your song que, en su origen, no fue concebida (o eso me parece a mí) para acompañar escenas de este tipo. Habla de una relación, de unos sentimientos y, aunque en una estrofa dice “no tengo mucho dinero pero, si así fuera, compraría una casa grande donde juntos pudiéramos vivir”, lo importante no es la adquisición en sí, sino las vivencias que posibilitaría. Está claro que es donde quiere la franquicia poner énfasis, pero el que se apodere de ella para su anuncio descontextualiza una canción que señala que, aunque no pueda regalarle nada objetual a esa persona que ama, le regala la canción que ha compuesto. Por tanto, contrariamente al uso de la canción en el anuncio, es el valor de lo inmaterial lo que en ella se recalca, y no una casa o, mucho menos un escenario tan poco íntimo (pese a ser un espacio privado dado que tiene dueño, no lo olvidemos) como unos grandes almacenes.
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Mayo 2020
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